Mientras nuestros niños crecen hay una parte muy importante de su educación que muchas veces pasamos por alto. Esto es la educación en valores y el crecimiento personal de los niños. Es necesario inculcarles valores desde temprana edad para ayudarles a ser mejores personas responsables cuando sean adultos.

La educación en valores es un elemento vital para el bienestar y el desarrollo personal. Si aprendemos a nuestros hijos a respetar y tener en cuenta los sentimientos de los demás, les ayudaremos a desarrollar el diálogo, la empatía y el comportamiento adaptado a situaciones diferentes. Estas habilidades son fundamentales para su éxito social y profesional en la vida.

Es importante que comencemos a dirigir e inculcar los valores desde jovencitas o jovencitos para lograr un cambio positivo en su desarrollo personal. Empezaremos con la honestidad. Es importante que nuestros hijos entiendan que siempre deben decir la verdad y nunca mentir. Esto les ayudará a ser personas integras y responsables. La responsabilidad también es importante para el crecimiento personal de los niños ya que les ayuda a tener conciencia de sus acciones y sentirse satisfechos con ellas.

Enseñemos también a nuestros hijos el respeto. Aprenderán a no descalificar opiniones ni reaccionar con insultos ante situaciones adversas. Incorporemos el respeto hacia la diversidad cultural, sexual, racial, etcétera. Esta normalización nos hará mejores personas para posteriores generaciones.

También podríamos trabajar en cosas simples como mostrarles cómo deben tratar sus objetos personales (no usarlos sin consentimiento) o compartir con los demás lo que tengan si no está prohibido o no les pertenece (comida, juguetes, juegos, etc). De esta manera formamos una base sólida sobre la que promoveremos el comportamiento honesto, respetuoso y responsable que necesitan para crecer como personas saludables y felices.

Otra forma de promover los valores es incentivando actitudes positivas, premiando buenos comportamientos e intentando enfatizar la importancia de ser disciplinados y responsables sin recurrir constantemente al castigo físico o verbal, ya que esto solo servirá para reforzar actitudes negativas como la agresividad o la falta de autoridad.

Debemos recordar siempre que somos nosotros quienes debemos guiar a nuestros hijos hacia un futuro mejor e inclusivo mediante el ejemplo propio.(Nuestros niñ@s aprenden más de lo que ven, ¡que lo sepamos!) Con paciencia, constancia e implicación (y alguna que otra actividad recreativa como parte de un proceso de aprendizaje), podremos conseguir grandes resultados si gestionamos adecuadamente nuestro rol como padres intermediarios entre el mundo real y el mundo infantil. Educar con valores ayudará a nuestros hij@s a descubrir su identidad, motivación interna y autoestima hacia un mayor crecimiento personal para convertirse en buenos ciudadan@s del mañana.

Así que preparense padres, madres, tías, abuel@s… ¡tod@s! Porque un futuro mejor depende también de nosotros… ¡No lo olvidemos!